Trapita

Despertar con millones de ilusiones y terminar el día con ninguna. Es el simple hecho de vivir. O tú... Yo quiero despertar eternamente, despertares infinitos, quiero magia. Y no quiero acostumbrarme a sentirme insignificante. Hoy es la última noche que cierro la persiana con la sensación de estar llenando mis pulmones de aire que no me pertenece. Así que puede que tenga que aprender a respirar agua, como esos a los que tanto admiro que poseen el don de olvidar.

A veces si es demasiado tarde

Y allí, en el lugar donde las almas yacen, se encontraron las gemelas. Y solo entonces comprendieron que era demasiado tarde para vivir la que debía haber sido su vida. Y en un soplo de viento se alejaron para no volver jamás.

En las alturas ingravitatorias, esperando un viento fuerte, un huracán que me haga caer en vertical, sin ningún control más que el impacto con el agua. Y, después, perderme en un estanque sin salida o aceptar el curso del río y dejarme llevar por la corriente.

Igual que un viento soplando a la montaña. Me pregunto si del mismo modo actúo yo... Indirectamente, capaz de rozarte y que apenas lo percibas, pero a tu lado, como un viento... Hasta que dejes de esperar y decidas ver cómo lo inmóvil fluye...

Sería maravilloso salir de casa y que no hubiera nadie más en la calle...

Realmente así tenía que ser, dos puntos que siguen recorridos diferentes. Rectas secantes infinitas marcadas por una coordenada en la que por un periodo de tiempo X ambos puntos coinciden formando uno solo y después simplemente cada uno continua su trayecto. Así de sencillo. Ahora cuando todo parece insignificante, vacío e inconexo y parece que he olvidado lo que era sentir, me dedico a unir piezas y me encuentro todo lo que he aprendido. Soy incapaz de arrepentirme aunque haya perdido, a pesar de que perder en esta ocasión significa dejar de ver las cosas con un fondo amarillo.

No era el viento polar lo que hacía a las horas pasar más rápido que los minutos, ni lo que te permitía flotar como nube por los techos de mi imaginación.

Esta noche observé la ciudad desde la ventana del autobús, y en toda esa inmensidad de luces solo podía ver una cosa..

Recuerdo perfectamente la primera vez que me dijiste "te quiero", ni si quiera se me pasó por la cabeza responder, lo único que quería era escucharlo otra vez.

Estábamos allí abrazados, pegados totalmente y para mi no era lo suficiente cerca.

Nostalgia: Sentimiento de anhelo por un momento, situación o acontecimiento pasado. Yo más bien la describiría como una capa de fuego bajo la piel.

¿Alguna vez has sentido que alguien es tan grande para ti hasta el punto de que no cabe en tu corazón? Si lo has hecho, sabrás lo que es amar sin límites.

Hoy he visto amanecer mientras escuchaba nuestra canción y el sol parecía triste. Me vuelvo tan, tan pequeñita cuando pienso, recuerdo, sueño acerca de ti, que podría caber en cualquier sitio..

Sea como sea, siempre conseguirás hacerme sonreír y yo siempre pensaré en ti cuando tenga la oportunidad de pedir un deseo.

Entiendo que es imposible meterse dentro de mi cabeza y saber lo que siento, porque ni si quiera yo sé que es lo que quiero, no lo sé. Lo que sé es que esta situación es como estar dentro de una burbuja sin aire que hasta que no explota no te deja respirar.. Y yo no puedo más, me falta el aire, me ahogo. Me dijeron que ya no me ven sonreír como antes lo hacía, supongo que ahora me dedico a buscar algo que sé que no puedo tener.

El mar no es azul

No tenemos en cuenta todo lo que está detrás de las apariencias. Detrás de una mirada, una sonrisa, un simple gesto.. Olvidamos que las cosas no son siempre tal y como podemos percibirlas con nuestros ojos y así mismo solo admitimos como verdadero aquello que es visible. 

Por esto, no olviden que lo que hace al desierto tan bello es que esconde un pozo en algún lado, del mismo modo que las estrellas son bellas a causa de una flor que no se ve.. Ya se trate de un objeto, de las estrellas, del desierto.. Lo que produce su belleza es invisible

En los lugares que se divisaban desde allí arriba resurgían momentos intocables del pasado, secretos inconfesables de un ayer en el que los sueños tenían vida propia y donde no existían límites que pudieran frenar nuestros caminos, ambos con el mismo destino. Sólo con el sonido de las olas rompiendo en esa orilla tan solitaria podía regresar allí y notar el roce de la tibia arena entre los dedos de mis pies, respirar la perfumada humedad en el aire y sentir el suave tacto de aquellos besos bajo la luna.. Me estremecía. Le llevaba tan dentro que le sentía fluyendo por mi sangre, le respiraba, podía incluso tocarle a pesar de la distancia.. Me gustaban aquellas vistas, la luz del faro me hacía soñar, inventaba historias, historias tan reales que podían ser ciertas. Cada atardecer me sentaba en la misma roca del acantilado y desde allí contemplaba el mar hasta donde mis ojos me permitían. Observar me enseñó que las mareas no siempre alcanzan la misma altura, pero sólo pude comprobarlo una vez que me adentré en los interiores de las cristalinas aguas de aquel mar.. Allí empezó mi viaje, una odisea en un barco de timón indomable y cuyo ancla era inexistente, un paseo sin retorno con un sinfín de victorias y derrotas.. Un trayecto que, al final, sólo tenía un nombre..

Suspiré. Todas esas páginas llenas de resúmenes de historia de España me llevaron a pensar que, al contrario que ellas,estaba totalmente vacía.. No había nada escrito en mi mirada, ni tampoco palabras que salieran de mi garganta, simplemente sostenía el lápiz y continuaba rellenando hojas para aprobar el examen del lunes, aunque lo que realmente me hubiera gustado hacer era rellenar las hojas de nuestra historia. Las manecillas del reloj continuaron con su habitual y única forma de girar, aunque como bien saben ustedes para aquellos que aman el tiempo es eterno..

Solo tenía que mirarle para responder a todas esas incógnitas que en ocasiones me desvelaban el sueño. A veces consideraba que tanta perfección no podía ser tangible pero justo entonces aparecía el, tan real como innegable.

Ya por esas fechas se respiraba el invierno, las brisas que sacudían mi pelo anunciaban la despedida de aquellas tardes bajo el árbol, dónde los días de verano pasaron tan rápidos que apenas pude notarlos y en menos de un abrir y cerrar de ojos se esfumaron. Estaba quieta, frente al alcornoque.. La nostalgia invadió mi piel y de pronto las notas de aquella melodía sonaron en mi cabeza.. Justo entonces comencé a entender que el veneno ya corría por mis venas y que decir adiós no había servido absolutamente para nada. Encontré lo que más había querido en la vida en el momento menos oportuno.